No mande un ‘podcast’: WhatsApp desvela las claves para enviar mejores audios

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La popular aplicación propone unos consejos para comunicarse a través de mensajes de voz de forma eficiente

Que una función sea muy eficiente no quiere decir que su utilización lo sea también. De esto sabe mucho WhatsApp, que vio cómo sus grupos fueron depredados por usuarios desaprensivos e irrespetuosos, hasta el punto que tuvieron que adoptar medidas en forma de nuevas funciones. Pues bien, este “grupo de rescate” ha acudido también a poner un poco de orden en lo que respecta al uso de los audios.

No hay nada más desalentador que encontrarse en la cola del súper y recibir una nota de voz, con el aviso previo de que su duración supera los dos minutos. Son auténticos discursos con todo su drama, giros inesperados y profundos suspiros, todo, para terminar confirmando la hora y lugar de una cita ya prefijada. Con cerca de 7.000 millones de audios enviados cada día a través de la plataforma, el abuso de esta función era, tras los grupos, la segunda bestia negra en la que había que poner orden, y WhatsApp lo ha hecho.

Una guía de usos y buenas formas

En el caso de los audios —los que se generan tras pulsar el micrófono situado en la parte inferior—, la compañía no podía adoptar medidas drásticas como en el caso de los grupos, así que ha optado por la mano izquierda y el protocolo. A través de una guía distribuida en nota de prensa, la compañía ha optado por un establecer una serie de consejos de uso de la mano, precisamente de una experta en protocolo.

Meta ha contactado con Jo Bryant, experta en etiqueta profesional, para dar solvencia al sentido común mediante unos consejos con los que se pretende, no sabemos con cuánto éxito, poner coto a quienes abusan de esta función. ¿Cuáles son las normas de etiqueta elementales en los audios de WhatsApp?

No dar discursos

No mandar audios con la duración de un podcast es la primera y más importante recomendación de Bryant. Si bien, no hay una norma escrita sobre qué se debe hacer y qué no en una función abierta para el usuario, en algunos contextos (en una reunión de trabajo, en un bar ruidoso o en la cola del supermercado), no resulta fácil gestionar mensajes de tres minutos. Esta experta cuantifica la duración límite de los audios, situándolos en “uno o dos minutos”; superado este Rubicón, el mensaje pasa a ser un incómodo discurso para el receptor. La clave para saber si el mensaje debe ser un audio, según Bryant, consiste en la extensión de lo que se quiere transmitir: “Si es demasiado largo para escribirlo, pero demasiado corto para una llamada, habrás encontrado el punto óptimo de los mensajes de voz”. En cualquier caso, siempre se puede recurrir a la función de aceleración de audio para acortar la duración de los mensajes.

Para el receptor: cuidado con el volumen de reproducción

Un audio de WhatsApp no deja de ser una comunicación privada (de hecho, van cifrados de extremo a extremo como el resto de los mensajes). Sabiendo esto, no parece una buena idea reproducirlos a todo volumen cuando estamos rodeados de extraños, puesto que puede haber contenido privado o sensible que el remitente asume como privado. La experta en protocolo recomienda reducir el volumen al mínimo cuando se vaya a reproducir el mensaje o, mejor aún, utilizar auriculares cuando se haga uso de lugares concurridos como el tren o el metro.

Ir al grano y con preguntas concretas

Las barreras de la comunicación no esquivan tampoco a los mensajes de audio. ¿Quién no ha recibido alguno de estos mensajes de dos o tres minutos en el que se trata de varios temas con diversas cuestiones? Si esto se da, se obliga al destinatario a ir respondiendo a las distintas preguntas, intentando recordarlas todas, o peor todavía, a reproducir el mensaje varias veces. Desde WhatsApp se recomienda reducir el número de preguntas formuladas en un mismo audio.

Si se recibe un audio, mejor contestar con otro audio

Se trata, posiblemente, de la recomendación más de protocolo de Bryant y con la que no todo el mundo estará de acuerdo. Esta experta sugiere que un mensaje de audio debe responderse con otra grabación para evitar que la comunicación se convierta en “un monólogo unilateral”. Es un consejo más difícil de cumplir porque las circunstancias del emisario y el receptor no tienen por qué ser las mismas (uno puede estar en casa y otro en el cine). Bryant parece querer evitar los escuetos “ok” o “vale” como respuesta a un elaborado audio y los conflictos emocionales que puedan surgir.

Ser eficiente y aprovechar la función manos libres

No es necesario dejar todo lo que se está haciendo para enviar una nota de voz: con la función manos libres (aprovechando el altavoz del móvil), se puede grabar un mensaje y enviarlo posteriormente. De hecho, la plataforma permite desde hace tiempo grabar, revisar y después enviar los audios para evitar grabaciones fallidas. En el peor de los escenarios, siempre se podrá eliminar un envío equivocado, posiblemente sin que llegue a escucharlo el destinatario.

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